Era un lunes. Las tazas de café reinaban en las mesas, es día de nuevas campañas y el teléfono no para de sonar. De repente, Manuel sale del baño con los ojos fuera de órbita: “Hay algo raro en el baño”. Todos se miraron incrédulos y con bastante recelo se acercaron a la puerta del lavabo. Y ahí estaba, justo en el centro del váter, un enorme portal espacial había aparecido ante sus ojos.
Seguro que el final de esta historia no es algo que te esperabas, pero aún así has seguido leyendo. Esto, se llama storytelling y nos ayuda a conectar con nuestro público objetivo.
¿Qué es el Storytelling?
En el ámbito del marketing, el storytelling es una técnica que se utiliza para crear una narrativa que logre captar la atención del público, transmitir valores, emociones, mensajes y consiga generar una conexión más profunda gracias a los detalles y las descripciones. Las buenas historias no solo informan, sino que entretienen, educan e inspiran y ayudan a las marcas a crear comunidad con sus clientes futuros y actuales.
¿Cómo hacer un buen storytelling?
Una buena historia estructurada puede aportar muchos beneficios a cualquier empresa o proyecto:
Conoce bien a tu audiencia: Entiende qué les interesa, qué los motiva y qué emociones deseas provocar. Puede que lo que mejor funcione sea contar los inicios de tu marca o, en su lugar, cómo es el día a día en tu empresa. Estudia a tu público y descubre sus preferencias.
Define tu leitmotiv: Toda buena historia tiene un propósito. ¿Qué deseas transmitir con ella? ¿Qué quieres conseguir al transmitirla? Asegúrate de ser claro y que tu público pueda identificarse con el mensaje que transmites.
Desarrolla personajes interesantes: Ya sea una historia real o inventada, el público necesita engancharse a los personajes de tu historia. Si se sienten identificados o les recuerda a una situación personal similar, podrán entender las sensaciones que cuentas.
Crea un conflicto y solución: Una historia tiene que tener principio, nudo y desenlace, aunque lo cuentes en el orden que te convenga. Haz que el conflicto que acontece en tu historia tenga gancho, para que se queden leyendo hasta el final.
Mantén la simplicidad: No sobrecargues la historia de detalles innecesarios. Mantén el enfoque en lo esencial. Ambientar la historia es algo necesario, pero enrollarte demasiado puede ser uno de los motivos por los que abandonen tu historia a la mitad.
Tipos de storytelliing:
No existe un manual para un storytelling perfecto. Como narrador, tienes libertad para generar tu historia como quieras:
Ficción: Partimos de una historia o narrativa ficticia para conseguir un objetivo real. Tenemos la libertad de crear un escenario y unos personajes ficticios que encajen a la perfección con el mensaje que queremos transmitir.
Histórico: Se utiliza para trasladarse a un momento clave, o situaciones importantes en la vida de una persona o en la historia de una empresa. Busca inspirar y mostrar los valores, enseñanzas y crecimiento que se han adquirido con el tiempo.
De valor: Es parecido al histórico, pero habla sobre algo rutinario o cotidiano. Nos cuenta el día a día de una empresa o de una persona y muestra los detalles más personales o humanos de una marca para conseguir que su público empatice con ella.
Consumo: En vez de tener una persona como protagonista de la historia, se pone al producto en el centro de la narrativa. Desde la primera idea, hasta el lanzamiento al mercado, podemos hacer que los usuarios formen parte de la historia de nuestro producto.
En resumen, el storytelling es mucho más que solo contar historias. Se trata de cautivar, emocionar e involucrar a tu audiencia para lograr un mensaje impactante. Y al igual que en nuestra historia del portal espacial en el baño, lo inesperado y lo memorable son claves para conectar de forma auténtica con las personas.
En Capitán Quimera sabemos que las historias no solo se cuentan, sino que se sienten.
¿Y tú? ¿Te echamos una mano?
