No se trata solo de vender algo bonito, sino de conectar emocionalmente con los consumidores.
Hay productos en las tiendas que te susurran «llévame contigo». Es así, saltan de la estantería a nuestro carrito sin saber por qué hemos elegido de forma repentina que necesitábamos ese producto o por qué hemos elegido ese en concreto si el de al lado estaba más barato. ¿Qué clase de brujería es esa? Sentimos ser aguafiestas pero, amigos, no es un truco de magia o hipnosis, la respuesta está en cómo aplicar el neuromarketing en el packaging.
¿Qué es el neuromarketing?
El neuromarketing es la mezcla de marketing y neurociencia. Estudia cómo responde nuestro cerebro a diferentes estímulos publicitarios e imagina la manera para mejorar la conversión, es decir, que decidas comprar un producto o servicio.
Esta técnica de marketing común nos ayuda a entender cómo es el comportamiento de los consumidores durante todo el proceso de compra y qué papel juegan las emociones en él. Spoiler: un papel crucial.
Aunque parezca que hay compras totalmente impulsivas, nuestro subconsciente pasa por muchas y diferentes fases que lo animan o no a comprar.
El neuromarketing ayuda a diseñar packaging para que atrape nuestra atención y nos empuja a tomar decisiones rápidas. Los colores, las formas y hasta el material con el que “envolvemos” nuestros productos, están diseñados para estimular nuestros sentidos y provocar emociones.
No se trata solo de vender algo bonito, sino de conectar emocionalmente con los consumidores El packaging es el primer acercamiento que tenemos con un producto. Es la carta de presentación y tiene que cuidarse al máximo.
Tipos de neuromarketing
Neuromarketing auditivo
La música o el sonido puede influir claramente en nuestro proceso de compra. No es casualidad que cuando vas a comprar a una tienda de ropa, salgas con ganas de irte a tomar una copa. Estimular al comprador con sonidos que le motivan o son agradables para él es una práctica muy común en el marketing.
Además, las personas tenemos memoria auditiva con la que almacenamos y relacionamos sonidos con experiencias. Es ahí donde las marcas intentar generar pregnancia y conseguir que su melodía o slogan se compre un adosado en tu cabeza. Sí, es ahí donde se almacena la canción del Mercadona.
Neuromarketing visual
En el packaging sí que existe el amor a primera vista ¡y también el odio! Un producto tiene que entrar por el ojo para acabar en la cartera.
Hay muchas técnicas visuales que ayudan a que nuestro “envoltorio” sea más llamativo que el de los demás. Palabras que crean urgencia como “rebaja” o colores que despiertan nuestro sentido del ansia como el rojo. Ya os contamos que una imagen vale más que mil palabras y en el packaging la estética es un elemento clave para conseguir tus objetivos como empresa.
Neuromarketing kinestésico
No sólo la vista o el oído son importantes para el marketing.
En el neuromarketing kinestésico entran en juego los otros sentidos como el olfato, el tacto o el gusto. Es una práctica menos común, pero muy interesante. Cada vez son más las personas que se animan a activar estos sentidos en sus posibles compradores.
¿Cómo? A través de una cata de producto o mantener un olor muy agradable y reconocible en tu tienda que quieras que se relacione siempre con tu marca.
Neuromarketing emocional
Buscar crear una experiencia completa. Ataca varios sentidos a la vez para crear un recuerdo claro en nuestro cerebro. Apela a nuestras emociones y nos intenta hacer participes de la marca para que creemos un sentimiento de lealtad hacia ella.
Esta estrategia requiere de un gran estudio previo, ya que todos los impactos tienen que tener sentido entre sí. Toda acción de marketing requiere una estrategia coherente y que esté acorde a la personalidad, misión, objetivos y valores de la empresa.
Ventajas del neuromarketing en el packaging
Acciones con base estratégica. Al partir de datos constatados, las estrategias utilizadas son más precisas y efectivas, y te permiten acotar mejor qué colores, palabras, formas y diseño crear para tu producto. La intuición es muy importante en el marketing, pero siempre contrastada con datos tangibles.
Posicionarte como una marca innovadora. Haciendo un estudio del comportamiento de los consumidores pueden nacer estrategias de packaging que igual no se nos habrían ocurrido. Por ejemplo, utilizar un diseño sobrio en un elemento que siempre ha sido colorido o darle un toque atrevido a un producto que considerabas tradicional.
Sabemos que el packaging puede ser un proceso complejo.
Por eso, entra en la mente de tus consumidores para marcar la diferencia ¿Necesitas ayuda?
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