¿Qué podemos aprender de la estrategia de comunicación y venta de Ikea a través de sus catálogos? Un montón de cosas para extrapolar en nuestro día a día.
De hecho, el catálogo pasa de ser un mero muestrario a un elemento imprescindible en el hogar, casi una decoración. El cliente está orgulloso de tener el catálogo, lo puede ojear en varias ocasiones, imagina los productos que se venden en su hogar. El catálogo se convierte en una experiencia que transciende más allá con su versión digital, donde se pueden hacer recreaciones en 3D con espacios a medida y ubicación del mobiliario y objetos decorativos a gusto del cliente.
El catálogo ayuda a vender.
Ya lo decíamos en este artículo. No solo es una guía de producto, forma parte de la imagen que quieres transmitir. El papel gusta, las cosas bonitas, bien impresas, con fotos profesionales, siempre son agradables de ver. De tener, de observar. El catálogo es bienvenido.
A la gente nos gusta ser los primeros.
Ser el primero en conocer nuevas colecciones, en estrenar, en descubrir cuáles son las tendencias, qué es lo que se va a llevar. Los distribuidores quieren ser los primeros en tener las novedades en sus escaparates, en conseguir que el cliente los encuentre imprescindibles.
El catálogo es una potente herramienta de venta…
…y da igual su formato. Pero no da igual la experiencia que genera ese primer contacto con él. Bien sea recibido a través de un paquete en el despacho o entregado en mano, lo importante es conseguir que ese catálogo deje de ser un producto comercial en algo esperado. Y eso se consigue haciendo un producto único, distinto, con acabados excelentes y una imagen intachablemente perfecta.
Haz que tu catálogo sea bien recibido. Y, para todo lo demás, cuenta con nuestra ayuda en Capitán Quimera, dónde si no.